«Me importa un comino el rey Pepino»

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Portada del libro que he encontrado en http://www.todocoleccion.net

Siempre me ha gustado leer, he sido una lectora voraz durante toda mi vida y más o menos cuando tenía 9 años comencé a ahorrar todas mis propinas para poder hacerme con la Biblioteca Juvenil de la editorial Salvat.  Uno de los títulos de la colección era este de la autora Christine Nöstlinger (del que os dejo enlace a un blog donde podéis leer la reseña por sí os interesa conocer algo más a este curioso personaje, solo hacer click) y en la que se usa el comino como referencia a una cosa poco importante y carente de valor, esta idea la he mantenido a lo largo de mi vida hasta que comencé a interesarme por las plantas y sus propiedades.  Para ser sincera, hasta ese día creía que la única utilidad del comino era la de evitar que los potajes de legumbres me inflaran como un zeppelin… ¡y encima lo usaba mal!.

De esta planta herbácea anual de unos 50cm de altura y originaria de Asia Occidental, en la actualidad usamos las semillas en la cocina, aunque sus propiedades medicinales han sido usadas desde la época de los antiguos egipcios.  Como curiosidad quiero haceros notar que por cada 100gr. de semillas obtenemos 66,2 mg. de Hierro, por lo que resulta muy interesante añadirlo a nuestra dieta habitual, teniendo en cuenta que por ejemplo con la misma cantidad de lentejas obtenemos 6,5 mg. o con las espinacas la cantidad de hierro es de 2,7 mg.

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Semillas de Comino.  El principio activo es el Cuminal.

 

 Para obtener el máximo beneficio de sus propiedades carminativas (favorece la expulsión de gases), para el alivio de los dolores menstruales, eliminar los parásitos intestinales o mejorar las digestiones lentas, lo ideal es tomar después de las comidas una infusión a la que añadiremos 2 gr. de las semillas (pueden ser enteras o parcialmente machacadas) por cada taza de agua hirviendo, dejándola reposar de 3 a 5 minutos antes de tomarla.  Sí a esta misma infusión le añadimos una cucharadita de miel, conseguiremos además un efecto analgésico en infecciones pulmonares.  Posee además una ligera ación diurética, así que nos puede ayudar si notamos que retemos algo de líquidos.

También lo podemos utilizar para abrir el apetito, para ayudarnos a relajarnos en casos de insomnio, o para afecciones leves de la piel o en casos de ligeras molestias musculares (como sobrecarga).  En este último casi podemos aplicar cataplasmas ya que también posee propiedades analgésicas y es rico en Vit. E y Magnesio.

Un truco para tener un aliento fresco y acabar con la placa dental es masticar unas semillas, aunque el sabor puede resultar algo intenso.

Sin embargo, las mujeres con reglas muy abundantes, las personas diabéticas y los bebés menores de seis meses no deberían tomarlo con estos fines.  Tampoco es conveniente exponerse al Sol o tomar rayos UVA después de aplicarnos una cataplasma, una crema o un aceite que contenga cominos.

En el caso de que quisiéramos darles un poquito de infusión a los niños, hay que tener en cuenta que por norma general no deberían tomar ninguna infusión hasta los tres años y nunca en las dosis habituales de los adultos hasta los seis años como mínimo y dependiendo de las plantas o las especias, así como de su preparación y su origen.  Aún así, si tenemos un bebe que tiene cólicos del lactante y queremos ayudarle a la eliminación de los gases, la cantidad sería la de una cucharadita, de las más pequeñas de café, de la anterior infusión tres veces al día.

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